La ceremonia de catar un vino, o como decimos normalmente degustarlo, puede tomar varias formas dependiendo de lo que busquemos descubrir al momento de llenar una copa. A continuación detallamos las más comunes:
– Cata hedonista: es la más sencilla y honesta, la cotidiana y sincera, la del me gusta o no me gusta, está ligada exclusivamente al gusto personal y no posee técnicas ni procedimientos específicos para su realización. Es útil para comenzar a tomar vinos, de hecho la realizamos porque nos gusta el vino por lo que es, sin palabras complicadas. Usar un vaso de vidrio, una copa más pequeña, más grande, cualquier recipiente es útil si el vino nos agrada.
– Cata técnica: si bien la palabra “técnica” suena un poco sofisticada, sólo con seguir unos sencillos pasos y estar más alerta que de costumbre, cualquiera de nosotros puede realizarla sin inconvenientes. La cata técnica es aquella que demanda un análisis sensorial para determinar si el vino nos agrada o no y, al mismo tiempo, desnudar más profundamente las cualidades de los vinos en sus fases visuales, olfativas, táctiles y gustativas.
Es recomendable para el éxito de este tipo de cata que las condiciones ambientales del sitio donde los vinos serán degustados sea el adecuado, como también se cuiden los elementos de servicio y estado de las botellas, por ejemplo, buena luz, ausencia de olores, una copa de vidrio o cristal transparente, un mantel u hoja de papel como fondo para apreciar los colores del vino y cada vino blanco, espumante, rosado, tinto o dulce a su temperatura ideal.
– Cata a ciegas: esta cata puede ser tan minuciosa como divertida. Consiste en tapar las etiquetas de los vinos a degustar de modo que los catadores no posean ningún tipo de información acerca de cepajes, añada, región, bodega, productor o precio. Las muestras de vino luego de ser catadas serán descubiertas y comparadas con las notas y comentarios realizados por el grupo participante.
La cata a ciegas es la más frecuentemente usada en los concursos nacionales e internacionales para determinar qué vino posee mayor puntaje y merece una de las medallas o menciones disponibles.
– Cata vertical: es la más difícil de realizar ya que se precisan botellas de una misma bodega, varietal o varietales, región y hasta viñedo, con la diferencia establecida a través de sus añadas o cosechas, con el objetivo de calificar y evaluar la evolución de los vinos, el éxito de ciertas cosechas y muchas veces el estilo y toque personal de diversos enólogos.
Si no fuera posible obtener varias botellas del mismo vino de diferentes añadas, es posible variar bodegas o productores siempre y cuando pertenezcan a una misma región vitivinícola.
-Cata horizontal: se catan vinos de la misma añada que habitualmente son además de la misma zona o variedad de uva, por ejemplo.
Este tipo de cata es muy útil para poder comparar diferencias en los métodos de vinificación o por ejemplo el impacto de distintos suelos (terruño) y zonas en una misma variedad de uva.
Tips para una cata en casa– No más de seis muestras para una cata a ciegas, para los que comienzan es suficiente y los catadores se ponen ansiosos por conocer los resultados.
– Una buena cata técnica por varietales es lo más gráfico y sencillo de distinguir, por ejemplo, Malbec, Merlot, Bonarda, Cabernet Sauvignon, Pinot Noir y Petit Verdot.
– Ya con algo más de experiencia, comenzar a distinguir regiones vitivinícolas es muy interesante, por ejemplo, seis Malbecs: de Mendoza, Salta, San Juan, La Rioja, Neuquén y Chile.
– Siempre antes de las comidas: el momento ideal para una cata a ciegas es fuera de las comidas, con algo de apetito mejor, y luego a comer…
– Origen y calidad: buscar las zonas emblemáticas donde se desarrollan las mejores cualidades de los varietales: Malbec de Luján de Cuyo, Cabernet Sauvignon de Maipú, Chardonnay de Valle de Uco, Syrah de San Juan, Pinot Noir de Patagonia, Torrontés de Salta (Cafayate), Bonarda del Este mendocino.